Mostrando entradas con la etiqueta NAVIDAD - ORACIONES. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta NAVIDAD - ORACIONES. Mostrar todas las entradas

viernes, 16 de diciembre de 2016

NOVENA DE NAVIDAD PARA HACER CON NIÑOS, DEL 16 AL 24 DE DICIEMBRE


Novena de Navidad para hacer con niños
Oraciones para cada día de la novena del 16 al 24 de diciembre


Por: P. Luis Martínez de Velasco F. SSSC | Fuente: Catholic.net 




Para comenzar (Para todos los días)

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Con la intercesión de la Santísima Virgen María, de su esposo San José y de nuestros ángeles de la Guarda, vamos a meditar en la presencia de Dios lo que pasó en los días anteriores al nacimiento del Niño Jesús.

Que el Espíritu Santo nos ilumine y nos fortalezca para que esta novena de Navidad, con su propósito de mejora diario, nos haga parecernos un poco más a la Sagrada Familia.


Día Primero (Reflexión)

Cuando va a nacer un niño hay que prepararle la ropa y la cuna.

Como San José era carpintero, fabricó la cuna más bonita, con la mejor madera que tenía, para el Niño Dios.

La Virgen María, alternando con los trabajos de la casa, pasó mucho tiempo tejiendo y bordando los pañales y vestidos. Poniendo siempre en todo lo que hacía el inmenso cariño que tenía a su hijo.

Todos los hombres tenemos que trabajar porque Dios ha querido que nos ganemos la vida y ayudemos a que los demás sean felices. El principal trabajo de los niños es estudiar y hacer los deberes. Cuando trabajamos o estudiamos pensando en agradar a Jesús, a Dios le gusta mucho. Pero nuestro trabajo debe estar bien hecho.

Si lo dejamos para última hora, cuando ya no hay tiempo, o si está hecho de cualquier manera por nuestra culpa, no se lo podemos ofrecer a Dios, porque sería como un insulto.

El regalo de este primer día de la novena para el Niño Dios será trabajar o estudiar con más empeño, como lo hicieron la Virgen María y San José.


Día segundo (Reflexión)

Con todo ya preparado para recibir al Niño Dios lo mejor posible, San José y la Virgen María recibieron la noticia de que debían viajar a Belén.

Fue una gran contrariedad porque los viajes eran entonces muy molestos. Sin embargo, no protestaron. Enseguida se pusieron a preparar las cosas para salir cuanto antes.

Aquel cambio de planes, como a todo nos sucede cuando nos mandan algo que no nos gusta, les costó trabajo. Pero como ellos sabían que al obedecer a quien lo había ordenado estaban obedeciendo a Dios, no pusieron mala cara y obedecieron rápidamente.

Sin obediencia no puede haber orden. Pero no debemos hacer lo que nos mandan solo para no tener problemas. Hemos de obedecer porque así le demostramos a Dios que le amamos. Como Jesús, que obedeció toda su vida desde que era Niño hasta que murió en la cruz.

En este segundo día de la novena, podemos preparar la venida del Niño Dios obedeciendo siempre a la primera, sin que nos digan las cosas dos o tres veces, y con alegría.

Así nos pareceremos a Jesús, a María y a José.


Día Tercero (Reflexión)

Mientras la Virgen María y San José viajaban hacia Belén, a veces conversaban entre sí y a veces caminaban en silencio. Cuando estaban callados, hablaban por dentro con el Niño Dios y le agradecían todas las cosas buenas que nos iba a traer a los hombres. También le decían al Niño Dios con el corazón, sin que se oyesen las palabras, que le querían mucho.

Las oraciones vocales como el Padrenuestro y el Avemaría son muy buenas, porque nos ayudan a pedirle lo que se debe y nos facilitan el rezar juntos. Pero para hablar con Dios no hace falta siempre que se nos oiga. Él nos escucha en todo momento porque sabe lo que pasa en nuestro corazón y en nuestra mente.

Debemos procurar hablar con Dios, muchas veces a lo largo del día: cuando trabajamos o hacemos nuestros deberes, al caminar por la calle, cuando jugamos o cuando descansamos.

Nuestra vida es un camino cuyo final es el cielo. Si lo recorremos hablando con Jesús, con María y con José, se nos hará muy agradable y el tiempo se pasará volando.

Hoy, que vivimos el tercer día de la Novena, recordando el viaje de San José y de la Virgen, podemos proponernos hablar muchas cosas con Dios por dentro a lo largo de todo el día.


Día cuarto (Reflexión)

De vez en cuando, en el camino hacia Belén, la Virgen María y San José tenían que detenerse y descansar. San José, que era más fuerte y tardaba más en casarse, se preocupaba de que la Virgen estuviera lo mejor posible. Los dos hablaban del Niño Dios y descansaban porque no pensaban en sí mismos. A todos nos pasa que cuando estamos cansados nos cuesta pensar en los demás. Nos olvidamos de que los otros -papá, mamá, los hermanitos- también están cansados porque han trabajado mucho. Y entonces, pensando solo en nosotros, queremos que se molesten ellos en lugar de ayudarles para que descansen. De este modo nos ponemos de mal genio y lo dañamos todo; porque ni estamos contentos nosotros, ni dejamos en paz a los demás. Sobre todo en casa, acordándonos de la Virgen María y de San José, hemos de ayudar a que todos estén contentos. Son muchas las cosas que se pueden hacer; por ejemplo: no gritar, pedir las cosas por favor, perdonar a quienes han hecho algo que no nos gusta, etc. Algo parecido podemos ofrecerle al Niño Jesús en este cuarto día de la Novena.


Día Quinto (Reflexión)

Cuando la Virgen María y San José llegaron a Belén, se encontraron con que no había ningún alojamiento en el pueblito, ya que eran muchos los que habían llegado para empadronarse.

San José lo pasó mal porque el Niño Dios ya podía nacer en cualquier momento y él, que le hacía las veces de padre, no tenía dónde recibirle. Sin embargo, no se desanimó, pues sabía que Dios estaba preparando todo para que se cumpliese su Santa Voluntad.

La Voluntad de Dios es siempre mejor que la nuestra. Como es un Padre buenísimo, que nos quiere más que nadie, siempre dispone lo mejor para nosotros. A veces no lo vemos hasta que pasa el tiempo. Y algunas cosas no las entenderemos del todo mientras no lleguemos al Cielo.

En esos momentos en que nos cuesta lo que Dios quiere porque no comprendemos que sea lo mejor, hemos de tener fe como la tuvieron la Virgen y San José. Debemos repetir en esos casos lo que seguramente diría San José: “Hágase, Señor, Tu Voluntad, que siempre es lo mejor para todos y para mí”.
Como lo peor del mundo es rebelarse contra la Voluntad de Dios y lo mejor es amarla, ofrezcámosle hoy al Niño Jesús todas las contrariedades que nos vengan a lo largo del día. Si las recibimos por amor al Niño Dios, tendremos mucha alegría y nos pareceremos a San José y a la Virgen María.


Día sexto (Reflexión)

Había en Belén una posada cuyo dueño, con tantos viajeros, estaba haciendo muy buen negocio. Como el Niño Dios ya debía nacer en poco tiempo, San José intentó que recibieran allí a la Virgen María, que estaba muy cansada por el viaje. Pero el dueño de aquella casa grande no quiso molestarse en buscarles ni siquiera un rincón en su posada y los dejó en la calle.Fue muy triste que aquel hombre no venciera su egoísmo, ya que, además de hacer sufrir a la Sagrada Familia, se quedó sin ser el primer adorador del Niño Jesús.Todo lo que hacemos a los demás, sea bueno o sea malo, es como si se lo hiciéramos al mismo Jesucristo, porque El así ha querido que sea. Por eso, las personas egoístas que no tienen corazón ni para Dios ni para los necesitados, van por un camino pésimo. Si no se corrigieran, perderían al Niño Jesús para siempre.Por el contrario, cada vez que, con la ayuda de Dios, vencemos esa tendencia mala a querer todo para nosotros, Jesús, María y José nos bendicen y nos dan un beso.Hoy podemos hacerle al Niño Jesús un regalo más valioso que el oro: no escoger lo mejor para nosotros sino dejarlo para mamá, para papá, o para alguno de nuestros hermanitos.


Día séptimo (reflexión)

Como en Belén nadie les dio alojamiento, San José no tuvo más remedio que acomodar a la Virgen María en un sitio que nadie quería: en un lugar donde pasaban la noche los animales de un campesino. Barrió con unas ramas secas el suelo, puso unas cobijas sobre la paja para que se acostara la Virgen, encendió un fuego y preparó algo de comida. Con el fuego también se calentó el ambiente. Así San José, con las pocas cosas que tenía, poniendo mucho cariño, consiguió para la Virgen María y para el Niño Dios un sitio pobre, pero limpio y lleno de amor. Es muy fácil caer en la trampa de pensar que con lo que tenemos no podemos hacer bien las cosas, que si tuviéramos mejores juguetes, otros hermanitos, o más dinero, todo iría muy bien. Cuando se cae en esta trampa se vuelve uno envidioso. Entonces se empieza a pensar que a los otros hermanitos les tratan mejor, o que les dan las mejores cosas y los dulces más ricos. La envidia es muy mala. Fue la que hizo que Caín matara a su inocente hermano Abel en la primera familia que hubo sobre la tierra. Y Dios maldijo al asesino. En el séptimo día de la novena, nuestro presente para el Niño Dios puede ser contentarnos con lo que nos dan y no tener envidia de ningún hermanito o amiguito. Cuando Jesús nos vea que nos parecemos a San José nos dará lo mejor: su cariño.


Día octavo (Reflexión)

En aquel lugar que había sido antes destinado a los animales, mientras la Virgen parecía dormir sobre aquellas pajas, San José se sentó junto al fuego con la intención de pasar la noche en vela. Contemplando la llama, meditó sobre cómo se encontraría el Niño Dios cuando naciera en aquel establo. Por una parte, tenía ganas de llorar por lo mal que se habían portado los de Belén. Pero por otra parte, como sabía que muchos cambiarían cuando conociesen a Jesús, y se arrepentirían de verdad de su mala vida, también sentía gozo pensando en lo poco que ya faltaba. Luego pensó en sí mismo, como todo le parecía poco para el Hijo de Dios, decidió esperarle repitiéndole muchas veces que lo amaba. Pero pudo más el cansancio y se quedó dormido. Es muy bueno que todas las noches, antes de acostarnos, examinemos cómo nos hemos portado durante el día. Pero para ello hemos de ser valientes y no tener miedo a decirnos la verdad aunque nos cueste. Los que dicen siempre la verdad son los que más agradan a Jesús, que se hizo hombre para decírnosla a todos. Los niños embusteros, aunque sus mentiras no sean muy grandes, se alejan de Jesús y no le quieren. Para borrar todas las mentiras que hemos dicho, en este penúltimo día de la novena, procuremos esperar al Niño Dios repitiéndole muchas veces que lo amamos.


Día noveno (reflexión)

La Virgen María despertó a San José para que pudiese adorar, antes que nadie, al Niño Dios. Cuando la Virgen le tocó el hombro, San José quiso enseguida ayudar en lo que hiciera falta, pero casi al instante comprendió que el nacimiento de Jesús había sido milagroso. Vio que la Virgen María, más guapa que nunca porque ya era Madre sin dejar de ser Virgen, tenía en sus brazos al Niño Jesús dormidito y envuelto en pañales. San José no dijo nada. Ni siquiera, para no despertar al Niño, se atrevió a cogerle. Se puso de rodillas y lloró sin poder contener la emoción y la dicha. La Virgen le dejó que se desahogara y luego le entregó al Niño, mientras Ella preparaba el desayuno. San José tenía unas ganas enormes de apretar a Jesús junto a su pecho y comérselo a besos, pero se contuvo. Con solo verle dormir en sus brazos, se sintió el hombre más feliz del mundo. De pronto se oyeron las voces y los cantos de los pastores que venían llenos de impaciencia buscando al Niño Jesús. San José, después de entregar al Niño a la Virgen para que lo acostara en el pesebre, salió al encuentro de los pastores y se enteró de lo que les habían dicho los ángeles. Después les llevó junto al Niño y todos contemplaron lo lindo que era. Ya hemos llegado al final de la Novena. Lo que nos queda es felicitar a la Virgen María, a San José y a todos los hombres que ama el Señor. Y también repetirle al Niño Dios que le queremos mucho, mucho, porque ha nacido para darnos el Cielo.


Para terminar (Para todos los días)

Se reza un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria. Después repiten todos juntos tres veces: Jesús, José y María. Os doy el corazón y el alma mía.


Villancicos


miércoles, 24 de diciembre de 2014

BENDICIÓN DE LA MESA EN NOCHE BUENA


Bendición de la mesa en Noche Buena


_Bendice, Señor, nuestra mesa. 
Por una noche al menos, 
quisiéramos que el mundo fuera una gran familia: 
sin guerras, sin miseria, sin hambre, sin dolor...; 
y con algo más de música y de justicia. 
Que este hogar, Jesús, 
acoja tu palabra de amor y de perdón 
y siempre estés tú presente.
Consérvanos unidos. 
Danos durante todo el año paz y trabajo. 
Danos fuerzas para ser personas justas, 
comprensivas, entrañables, comprometidas 
por un mundo mejor. 
Así habrá muchas “noches-buenas” 
y “días-buenos”.
Eres bienvenido, Señor, siempre a esta casa.
Y confiamos que Tú nos reúnas también 
un día en tu Casa para celebrar la eterna Navidad. 
Amén.

martes, 23 de diciembre de 2014

RITO DE BENDICIÓN DEL ÁRBOL DE NAVIDAD EN FAMILIA

Rito de bendición del árbol de Navidad en familia




ROMA, 22 Dic. 14 / 10:38 pm (ACI).- En muchas familias se acostumbra colocar el árbol navideño en un lugar visible de la casa y adornarlo con luces, estrellas y regalos, pero ¿qué significado cristiano tiene hacer esto? Entérate aquí del mensaje que encierra y cómo bendecirlo en familia.

EL ÁRBOL mismo nos trae a la memoria el árbol del Paraíso (cf. Gn 2, 9 - 17) de cuyo fruto comieron Adán y Eva desobedeciendo a Dios. El árbol entonces nos recuerda el origen de nuestra desgracia: el pecado. Y nos recuerda que el niño que va a nacer de Santa María es el Mesías prometido que viene a traernos el don de la reconciliación.

LAS LUCES nos recuerdan que el Señor Jesús es la luz del mundo que ilumina nuestras vidas, sacándonos de las tinieblas del pecado y guiándonos en nuestro peregrinar hacia la Casa del Padre.

LA ESTRELLA. Así como en Belén hace dos mil un años una estrella se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño Jesús, sirviendo de guía a los Reyes Magos (ver Mt 2, 9 - 10); hoy una estrella corona el árbol recordando que el acontecimiento del nacimiento de Jesús ha traído la verdadera alegría a nuestras vidas.

LOS REGALOS colocados a los pies del árbol simbolizan aquellos dones con los que los reyes magos adoraron al Niño Dios. Además, nos recuerdan que tanto amó Dios Padre al mundo que le entregó (le regaló) a su único Hijo para que todo el que crea en Él tenga vida eterna.




RITO DE BENDICIÓN DEL ÁRBOL NAVIDEÑO

Todos los presentes, santiguándose, dicen:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El padre de familia dice:

Bendito sea Dios,

Padre de nuestro Señor Jesucristo,

Que nos ha llenado con toda clase de bendiciones espirituales.

En los cielos, en Cristo.

Todos responden:

Bendito sea el Señor por los siglos.

LECTURA

Uno de los presentes lee el siguiente texto de la Sagrada Escritura:

Escuchemos con atención la lectura del profeta Isaías:

"Vendrá a ti, Jerusalén, el orgullo del Líbano, con el ciprés y el abeto y el pino, para adornar el lugar de mi santuario y ennoblecer mi estado".

ORACIÓN DE BENDICIÓN

Luego el padre de familia, con las manos juntas, dice la oración de bendición:

Oremos.

Bendito seas, Señor y Padre nuestro,

que nos concedes recordar con fe

en estos días de Navidad

los misterios del nacimiento del Señor Jesús.

Concédenos, a quienes hemos adornado este árbol

y lo hemos embellecido con luces

con la ilusión de celebrar

la Navidad del nuevo milenio,

que podamos vivir también a la luz de los ejemplos

de la vida plena de tu Hijo

y ser enriquecidos con las virtudes

que resplandecen en su santa infancia.

Gloria a Él por los siglos de los siglos.

Todos responden:

Amén.

Al final, todos los presentes, santiguándose, dicen:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIONES PARA LA CENA DE NAVIDAD


Oraciones para la cena de Navidad
Una manera especial de bendecir los alimentos en una fecha muy especial
Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net




Hoy, Nochebuena, tenemos, de manera especial y como centro de nuestra familia a Jesucristo, nuestro Señor.

Vamos a encender un cirio en medio de la mesa para que ese cirio nos haga pensar en Jesús y vamos a darle gracias a Dios por habernos enviado a su Hijo Jesucristo.

Gracias Padre, que nos amaste tanto que nos diste a tu Hijo.
Señor, te damos gracias.

Gracias Jesús por haberte hecho niño para salvarnos.
Señor, te damos gracias.

Gracias Jesús, por haber traído al mundo el amor de Dios.
Señor, te damos gracias.

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que Dios nos ama y que nosotros debemos amar a los demás.
Señor, te damos gracias.

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que da más alegría el dar que el recibir,
Señor, te damos gracias.

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que lo que hacemos a los demás te lo hacemos a Ti.
Señor, te damos gracias.

Gracias María, por haber aceptado ser la Madre de Jesús.
María, te damos gracias.

Gracias San José, por cuidar de Jesús y María.
San José, te damos gracias.

Gracias Padre por esta Noche de Paz, Noche de Amor, que Tú nos has dado al darnos a tu Hijo, te pedimos que nos bendigas, que bendigas estos alimentos que dados por tu bondad vamos a tomar, y bendigas las manos que los prepararon, por Cristo Nuestro Señor,

Amén.

----------------------


Oración de la familia ante el Nacimiento en la Nochebuena
 (Antes de las 12)
Fuente: Navidad es Jesús


Lector 1:
Querido Padre, Dios del cielo y de la tierra:

En esta noche santa te queremos dar gracias por tanto amor. Gracias por nuestra familia y por nuestro hogar. Gracias por las personas que trabajan con nosotros.

Bendícenos en este día tan especial en el que esperamos el nacimiento de tu Hijo. Ayúdanos a preparar nuestros corazones para recibir al Niño Jesús con amor, con alegría y esperanza. Estamos aquí reunidos para adorarlo y darle gracias por venir a nuestro mundo a llenar nuestras vidas.

Hoy al contemplar el pesebre recordamos especialmente a las familias que no tienen techo, alimento y comodidad. Te pedimos por ellas para que la Virgen y San José les ayuden a encontrar un cálido hogar.


Lector 2:
Padre bueno, te pedimos que el Niño Jesús nazca también en nuestros corazones para que podamos regalarle a otros el amor que Tu nos muestras día a día. Ayúdanos a reflejar con nuestra vida tu abundante misericordia.
Que junto con tus Ángeles y Arcángeles vivamos siempre alabándote y glorificándote.

(En este momento alguien de la familia pone al Niño Jesús en el pesebre o si ya esta allí se coloca un pequeño cirio o velita delante de El).


Lector 3:
Santísima Virgen Maria, gracias por aceptar ser la Madre de Jesús y Madre nuestra, gracias por tu amor y protección. Sabemos que dia a dia intercedes por nosotros y por nuestras intenciones, gracias Madre.

Querido San José, gracias por ser padre y protector del Niño Jesús, te pedimos que ruegues a Dios por nosotros para que seamos una familia unida en el amor y podamos ser ejemplo de paz y reconciliación para los demás.
Amén

Rezar: 1 Padre Nuestro, 1 Ave Maria, 1 Gloria


----------------------------------------------------------------


Padre Celestial, gracias por enviar a Tu Hijo Jesús a la tierra. No sólo celebramos su nacimiento en un pesebre, sino también la razón de Su venida – Su muerte en la cruz. Te damos gracias por proveer vida eterna a cada uno de los que aceptan Su regalo de salvación.

Padre, te doy gracias por mi familia. La vida no es siempre fácil para nosotros, pero sabemos que Tú siempre estás con nosotros. Como dice Tu Palabra, Tú nunca nos dejarás ni nos abandonarás. Gracias por el amor que nos mantiene unidos y por siempre satisfacer nuestras necesidades. Acércanos más en el año por venir. Te amamos y deseamos que nuestra celebración hoy sea memorable. En el nombre de Jesús, Amén.

sábado, 2 de agosto de 2014

ORACIÓN PARA LA CENA DE NAVIDAD

Autor: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
Oración para la cena de Navidad
Una manera especial de bendecir los alimentos en una fecha muy especial


Hoy, Nochebuena, tenemos, de manera especial y como centro de nuestra familia a Jesucristo, nuestro Señor.

Vamos a encender un cirio en medio de la mesa para que ese cirio nos haga pensar en Jesús y vamos a darle gracias a Dios por habernos enviado a su Hijo Jesucristo.

Gracias Padre, que nos amaste tanto que nos diste a tu Hijo. Señor, te damos gracias.

Gracias Jesús por haberte hecho niño para salvarnos. Señor, te damos gracias.

Gracias Jesús, por haber traído al mundo el amor de Dios. Señor, te damos gracias.

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que Dios nos ama y que nosotros debemos amar a los demás. Señor, te damos gracias.

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que da más alegría el dar que el recibir, Señor, te damos gracias.

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que lo que hacemos a los demás te lo hacemos a Ti. Señor, te damos gracias.

Gracias María, por haber aceptado ser la Madre de Jesús. María, te damos gracias.

Gracias San José, por cuidar de Jesús y María. San José, te damos gracias.

Gracias Padre por esta Noche de Paz, Noche de Amor, que Tú nos has dado al darnos a tu Hijo, te pedimos que nos bendigas, que bendigas estos alimentos que dados por tu bondad vamos a tomar, y bendigas las manos que los prepararon, por Cristo Nuestro Señor,

Amén.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

ORACIÓN AL NIÑO JESÚS DE BELÉN


ORACIÓN AL NIÑO DE BELÉN
DE JUAN XXIII

Dulce Niño de Belén, haz que penetremos con toda el alma en este profundo misterio de la Navidad. Pon en el corazón de los hombres esa paz que buscan, a veces con tanta violencia, y que tú sólo puedes dar. Ayúdales a conocerse mejor y a vivir fraternalmente como hijos del mismo Padre.

Descúbreles también tu hermosura, tu santidad y tu pureza. Despierta en su corazón el amor y la gratitud a tu infinita bondad. Únelos en tu caridad. Y danos a todos tu celeste paz. Amén.

martes, 29 de octubre de 2013

ORACIÓN PARA BENDECIR LA CENA DE NAVIDAD


ORACIÓN PARA LA CENA DE NAVIDAD


Autor: Catholic.net | Fuente: Catholic.net 
Oración para la cena de Navidad
Una manera especial de bendecir los alimentos en una fecha muy especial


Hoy, Nochebuena, tenemos, de manera especial y como centro de nuestra familia a Jesucristo, nuestro Señor.

Vamos a encender un cirio en medio de la mesa para que ese cirio nos haga pensar en Jesús y vamos a darle gracias a Dios por habernos enviado a su Hijo Jesucristo. 

Gracias Padre, que nos amaste tanto que nos diste a tu Hijo.
Señor, te damos gracias.

Gracias Jesús por haberte hecho niño para salvarnos.
Señor, te damos gracias.

Gracias Jesús, por haber traído al mundo el amor de Dios.
Señor, te damos gracias.

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que Dios nos ama y que nosotros debemos amar a los demás.
Señor, te damos gracias. 

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que da más alegría el dar que el recibir,
Señor, te damos gracias.

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que lo que hacemos a los demás te lo hacemos a Ti.
Señor, te damos gracias.

Gracias María, por haber aceptado ser la Madre de Jesús.
María, te damos gracias.

Gracias San José, por cuidar de Jesús y María.
San José, te damos gracias.

Gracias Padre por esta Noche de Paz, Noche de Amor, que Tú nos has dado al darnos a tu Hijo, te pedimos que nos bendigas, que bendigas estos alimentos que dados por tu bondad vamos a tomar, y bendigas las manos que los prepararon, por Cristo Nuestro Señor, 

Amén.

BENDICIÓN DE LA CENA DE NAVIDAD EN IMÁGEN

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...