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domingo, 11 de mayo de 2014

JESÚS, TE NECESITO



Jesús te necesito


Un hombre había pintado un lindo cuadro. El día de la presentación al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas, y mucha gente, pues se trataba de un famoso pintor, reconocido artista.

Llegado el momento, se tiró el paño que revelaba el cuadro. Hubo un caluroso aplauso. Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta de una casa. Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer oír si adentro de la casa alguien le respondía. Hubo discursos y elogios. Todos admiraban aquella preciosa obra de arte.

Un observador muy curioso, encontró una falla en el cuadro. La puerta no tenía cerradura. Y fue a preguntar al artista: "Su puerta no tiene cerradura, ¿Cómo se hace para abrirla?" "Así es," respondió el pintor.

"Porque esa es la puerta del corazón del hombre. Sólo se abre por el lado de adentro"
¡Solamente repite esta frase y verás como se mueve Dios! "Señor Jesucristo te amo y te necesito, ven a mi corazón por favor".

EL AMOR Y LOS DETALLES

El amor y los detalles
Autor:  Padre Justo López Melús


        El amor se manifiesta sobre todo en los pequeños detalles. Y es que cuando hay amor hay detalles, y cuando no hay detalles es que no hay amor. Un corazón sensible no admite extravagancias ni faltas de respeto. Un caballero, por ejemplo, no permite que se burlen de su madre, y no tiene reparos humanos en mostrarle cariño.

        Cuenta el cardenal Suenens que en una ocasión acompañaba al rey Balduino por una carretera secundaria. Conducía el rey, él era el único pasajero. De repente dio un brusco frenazo. Al pasar cerca de un pueblo vio una imagen de la Virgen sobre un pedestal, pero alguien había tenido el mal gusto de profanarla poniéndole en la cabeza un casco militar. El rey se bajó del coche, quitó el casco y lo tiró a una zanja. Luego cogió el volante y arrancó sin comentarios, como la cosa más natural del mundo.

SALMO 23: EL SEÑOR ES MI PASTOR


Salmo 23
El Señor es mi pastor

El Señor es mi Pastor, nada me falta:


en verdes praderas me hace recostar;

Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tu vas conmigo:  tu vara y tu cayado me sosiegan.

Preparas una mesa ante mí,  enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.



me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre.