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viernes, 9 de mayo de 2014
OCHO MENTIRAS DE MI MAMÁ
OCHO MENTIRAS DE MI MAMÁ
Esta historia comienza cuando era niño… nací pobre.
1.- A menudo no teníamos suficiente qué comer.
Cuando teníamos algún alimento, Mamá solía darme su porción de arroz.
Mientras pasaba su arroz a mi tazón, solía decir:
“Cómete este arroz, hijo, yo no tengo hambre”.
Aquella fue la primera mentira de Mamá.
2.- Al crecer, Mamá renunció a su tiempo libre para pescar en un río cercano a nuestra casa; ella esperaba que de los peces que pescase, me podría dar proveer de un alimento más nutritivo para mi crecimiento.
Una vez, cuando sólo había pescado dos peces, hizo sopa de pescado.
Mientras tomaba la sopa, Mamá se sentó a mi lado y comió lo que quedaba en el hueso del pez que me había comido; mi corazón se estremeció al verla.
Una vez que le pasé el otro pescado, lo rehusó y dijo:
“Cómete el pescado, hijo, a mí en realidad no me gusta el pescado”.
Esa fue la segunda mentira de Mamá.
3.- Cuando, para poder pagar mi educación, Mamá fue a una fábrica de fósforos para traer a casa algunas cajetillas usadas, las que llenaba con cerillas nuevas.
Esto la ayudaba a ganar algún dinero para cubrir nuestras necesidades.
Una noche invernal me desperté y hallé a Mamá llenando las cajetillas a la luz de una vela.
Así que le dije: “Mamá, vete a dormir; es tarde, puedes seguir trabajando mañana en la mañana”.
Mamá sonrió y dijo: “Vete a dormir, hijo, no estoy cansada”.
Esa fue la tercera mentira de Mamá.
4.- Cuando tuve que hacer mi examen final, Mamá me acompañó.
Después del amanecer, ella me esperó por horas en el calor del día.
Cuando sonó la campana, corrí a encontrarme con ella…
Mamá me abrazó y me dio un vaso de té que había preparado un termo.
El té no era tan fuerte como el amor de Mamá.
Viéndola cubierta de sudor, de una vez le pasé mi vaso y le pedí que tomase también.
Mamá dijo: “Toma tú, hijo, que yo no tengo sed.”
Esa fue la cuarta mentira de Mamá.
5.- Tras la muerte de Papá, Mamá tuvo que desempeñar el papel de ambos.
Mantuvo su empleo anterior; tenía que satisfacer sola nuestras necesidades.
Nuestra vida familiar se tornó más complicada, pasábamos hambre.
Viendo empeorar nuestra condición familiar, mi bondadoso tío, quien vivía cerca a nuestra casa, vino a ayudarnos a resolver nuestros problemas grandes y pequeños.
Nuestros otros vecinos vieron que estábamos en pobreza por lo que aconsejaban a Mamá que se volviera a casar.
Pero ella rehusó casarse de nuevo diciendo: “No necesito amor”.
Esa fue la quinta mentira de Mamá.
6.- Al terminar mis estudios y obtener un empleo, llegó el tiempo para que mi anciana madre se jubilase pero ella siguió yendo al mercado cada mañana para vender algunos vegetales.
Yo le seguía enviando dinero pero ella era persistente y aún me enviaba de vuelta el dinero diciendo:
“Tengo suficiente”.
Esa fue la sexta mentira de Mamá.
7.- Seguí mis estudios de maestría a tiempo parcial.
Financiado por la corporación estadounidenses para la cual trabajaba, tuve éxito en mis estudios.
Con un gran aumento en mi salario, decidí traer a Mamá a disfrutar la vida en los Estados Unidos pero ella no quiso molestar a su hijo.
Me dijo: “No estoy acostumbrada a vivir por lo alto”.
Esa fue la séptima mentira de Mamá.
8.- En su vejez, Mamá fue atacada por el cáncer y tuvo que ser hospitalizada.
Como ahora vivía al otro lado del océano, fui a casa a ver a Mamá, quien se hallaba encamada tras una operación.
Mamá intentó sonreír pero yo estaba quebrantado por verla tan delgada y frágil.
Pero Mamá dijo: “No llores, hijo, no me duele”.
Esa fue la octava mentira de Mamá… y diciéndola, falleció.
Creo que no exagero si creo que también sería aplicable en muchos casos, al progenitor masculino.
Lo cierto es que el autor del pensamiento nos presenta, dentro de un contexto de mucha necesidad de su niñez, los “pecados” de su progenitora… que más justamente deberíamos llamar sus “sacrificios”.
Creo que cada uno de ustedes podrá identificar y atribuir algunas de estas “mentiras” a sus madres/padres y tal vez sería lo más adecuado que pudiésemos honrarles ahora que están vivos… Adelante y que el Señor les bendiga.
MEDITACIONES DEL DÍA DE LA MADRE: PARA UNA MADRE
Madre
Cuando viniste a este mundo,
Ella te sostuvo en sus brazos.
Tú se lo agradeciste gritando.
Cuando tenías un año,
Ella te alimentaba y te bañaba.
Tú se lo agradeciste llorando la noche entera.
Cuando tenías 2 años,
Ella te enseñó a caminar.
Tú se lo agradeciste huyendo de Ella cuando te llamaba.
Cuando tenías 3 años,
Ella te hacía todas las comidas con amor.
Tú se lo agradeciste tirando el plato al piso.
Cuando tenías 4 años,
Ella te dió unos lápices de colores.
Tú se lo agradeciste pintando todas las paredes del comedor.
Cuando tenías 5 años,
Ella te vestía para las ocasiones especiales.
Tú se lo Agradeciste tirándote por la pila de barro más cercana.
Cuando tenías 6 años,
Ella te llevaba a la escuela.
Tú se lo agradeciste gritándole: ¡NO VOY A IR!
Cuando tenías 7 años,
Ella te regaló una pelota.
Tú se lo agradeciste arrojándola contra la ventana del vecino.
Cuando tenías 8 años,
Ella te trajo un helado.
Tú se lo agradeciste derramándoselo sobre su falda.
Cuando tenías 9 años,
Ella té pago unas clases de piano.
Tú se lo agradeciste nunca practicando.
Cuando tenías 10 años,
Ella te llevaba con el auto a todas partes de Gimnasio al partido de fútbol, de fiestas de cumpleaños, a otras fiestas.
Tú se lo agradeciste cuando salías del coche y nunca mirabas atrás.
Cuando tenías 11 años,
Ella te llevó a ti y a tus amigos a ver una película.
Tú se lo agradeciste diciéndole que se sentara en otra fila.
Cuando tenías 12 años,
Ella te aconsejó que no miraras ciertos programas.
Tú se lo agradeciste esperando que ella se fuera de la casa.
Cuando tenías 13 años,
Ella te sugirió un corte de pelo que estaba de moda.
Tú se lo agradeciste diciéndole que Ella no tenia gusto.
Cuando tenías 14,
Ella té pagó un mes de vacaciones en el campamento de verano.
Tú se lo agradeciste olvidándote de escribirle una carta.
Cuando tenías 15,
Ella venía de trabajar y quería darte un abrazo.
Tú se lo agradeciste cerrando con llave la puerta de tu habitación.
Cuando tenías 16,
Ella te enseñó cómo manejar su coche.
Tú se lo agradeciste usándoselo todas las veces que podías.
Cuando tenías 17 años,
Ella esperaba una llamada importante.
Tú se lo agradeciste, hablando por teléfono toda la noche.
Cuando tenías 18,
Ella lloró en la fiesta de tu graduación de la escuela.
Tú se lo agradeciste estando de fiestas hasta el amanecer.
Cuando tenías 19 años
Ella té pagó la cuota de la universidad, te llevó en coche hasta el campus y cargó tus maletas.
Tú se lo agradeciste diciéndole adiós desde fuera del dormitorio, así no te sentirías avergonzado ante tus amigos.
Cuando tenías 20,
Ella te preguntó si estabas saliendo con alguien.
Tú se lo agradeciste diciéndole: "A Ti no te importa eso"
Cuando tenías 21,
Ella te sugirió algunas carreras para tu futuro.
Tú se lo agradeciste diciéndole: "No quiero ser como Tú."
Cuando tenías 22,
Ella te abrazó en la fiesta de graduación de la Universidad.
Tú se lo agradeciste diciéndole si te podía pagar un viaje a Europa.
Cuando tenías 23,
Ella te dio algunos muebles para tu primer departamento.
Tú se lo agradeciste diciéndoles a tus amigos que los muebles eran feos.
Cuando tenías 24,
Ella conoció a tu futura esposa y le preguntó sus planes para el futuro.
Tú se lo agradeciste con una mirada feroz y le gritaste "¡Cállate!".
Cuando tenías 27,
Ella te ayudó a pagar los gastos de tu boda y llorando te dijo que te amaba muchísimo.
Tú se lo agradeciste mudándote por la mitad de el país.
Cuando tenías 30,
Ella te dio algunos consejos para cuidar al bebé.
Tú se lo agradeciste, diciéndole que las cosas son diferentes ahora.
Cuando tenías 40,
Ella te llamó para recordarte el cumpleaños de tu Papá.
Tú se lo agradeciste diciéndole que estabas muy ocupado.
Cuando tenías 50,
Ella se enfermó y necesitó que la cuidaras.
Tú se lo agradeciste leyendo sobre la carga que representan los padres hacia los hijos.
De repente, un día,
Ella silenciosamente murió. Y todas las cosas que nunca hiciste cayeron como un trueno.
Tomémonos un momento para rendir honor y tributo a la persona que llamamos Mamá, aunque algunos no la pueden llamar así de ese modo abiertamente.
No hay sustituto para Ella. Alegra cada momento. Aunque a veces, Ella no parezca la mejor de las amigas, quizás no concuerde con tu forma de pensar, pero aún así?
¡Es tú Madre!
Ella estará allí para ayudarte con tus dolores, tus penas, tus frustraciones.
Pregúntate a ti mismo:
¿Has separado tiempo para estar con Ella, para escuchar sus quejas sobre el trabajo en la cocina, su cansancio?
Sé prudente, generoso y muéstrale el debido respeto, aunque tú pienses diferente de Ella.
Una vez que se vaya de este mundo, solamente los recuerdos cariñosos del Ser Que Llamamos Mamá
Solo Eso Nos Queda
MEDITACIONES SOBRE EL DÍA DE LA MADRE: PARA UNA MADRE CRUEL
Madre Cruel...
Tuvimos una de las mamas más malas de todo el mundo.
Mientras otros niños comían dulces para el desayuno, a nosotros nos daba cereal, huevos y pan tostado.
Cuando otros se tomaban una Pepsi y un Twinki para el lunch, teníamos que comer sandwiches y un jugo. Y como podrás ver nuestra mamá nos daba otra cosa que los otros niños no cenaban.
Mamá insistía en saber donde estábamos todo el tiempo, pensábamos que éramos convictos en prisión.
Tenía que conocer quienes eran nuestros amigos y que hacíamos con ellos. Ella insistía que si decíamos que nos íbamos por una hora........nos fuéramos por una hora o menos.
Estamos avergonzados de admitirlo, pero tuvo el valor de violar los derechos del niño, ya que nos hizo trabajar.
Teníamos que lavar los trastes, hacer nuestra cama, aprender a cocinar y limpiar el piso....así como lavar ropa y otros trabajos crueles, es mas yo creo que se desvelaba pensando en que otras cosas podríamos hacer!
Siempre insistía en que dijéramos la verdad, toda la verdad y nada mas que la verdad.
Crecimos y cuando llegamos a la adolescencia, ¡leía nuestras mentes!. La vida resultó muy dura.
Por culpa de mamá nos perdimos muchas experiencias que tuvieron nuestros amigos.
A ninguno de nosotros nos encontraron robando, en aventones, en pandillas, invadiendo propiedades ajenas o ni siquiera nos arrestaron por algún delito...¡todo eso fue su culpa!
Ahora que ya no vivimos en casa...todos somos adultos honestos, buenos y educados.
Pienso que el mundo anda mal porque actualmente ya no tenemos suficientes...
¡ Madres Crueles!
jueves, 8 de mayo de 2014
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