domingo, 1 de diciembre de 2013

FONDOS DE PANTALLA NAVIDEÑOS





































PALABRAS CON SABOR A ADVIENTO


Palabras con sabor a Adviento.

BÚSQUEDA.
Sabemos que somos limitados y, por ello mismo,
queremos algo más. ¿No estará Dios
en el principio y final de todo?

VIGILANCIA.
No podemos perder el tren de la felicidad.
Cuando pase Jesús a nuestro lado
¿nos encontrará al borde de la estación o distraídos?

OJOS ABIERTOS.
Para no dejarnos embobar por los “diosecillos”
sin fundamento. Seducen pero, luego,
nos dejan tirados. Jesús nunca falla.

ORACIÓN.
Sin alimento, las personas, mueren.
Sin oración, los cristianos y su misma
vida cristiana, se debilitan.

LUZ.
Para ver en toda su intensidad lo que la Navidad
nos trae. Luz verdadera frente a la artificial.
Luz divina frente a la colorista, frívola y consumista.

PEREGRINACIÓN.
Somos peregrinos en busca del santuario del amor
de Dios en la tierra. Un santuario humilde, pequeño,
de carne y hueso: el Salvador.

VISITA.
Dios en persona se digna visitar al mundo.
Muchos, como entonces, no se percatarán
de su presencia. ¿Seremos nosotros del grupo
de los pastores o de los necios que cerraron
sus posadas a la Sagrada Familia?

APERTURA.
Necesitamos de alguien que toque nuestras entrañas.
La Navidad nos hace especialmente sensibles
a lo santo, a lo bueno. Quien no se abre
es difícil que intente comenzar de nuevo.

SILENCIO.
El Señor, al contrario que nuestras presencias,
viene precedido del silencio, de la pobreza
y de la austeridad. Son tres caminos que,
al hombre de hoy, se le hacen cuesta arriba:
ser moderados, ser pobres y vivir con lo necesario.

PREVENCIÓN.
El adviento nos exige optar por lo bueno
o por lo negativo; por el maligno o por Dios.
El demonio, una y otra vez, muestra su ingenio
con un solo fin: apartarnos del amor de Dios.

HUIDA.
De las grandes cárceles que el mundo construye
a nuestro alrededor, hacia esas otras celdas
(los corazones) en los que podemos sentirnos
libres alumbrados por la misericordia del Señor.

DESIERTO.
Los anacoretas se retiraban al desierto para orar
y mortificarse. Hoy, si queremos vivir intensamente
la Navidad, es bueno buscar espacios donde encontrar
la estrella auténtica que nos va a llevar
al Misterio Encarnado de Dios.

CONTENCIÓN.
El bien y el mal anidan en nuestro interior.
¿Cuál de las dos fuerzas vencerá? (preguntaba
un discípulo a su maestro espiritual).
Aquella que tú alimentes. El adviento es un tiempo
para no digerir alimentos que puedan perturbar
nuestra sensibilidad espiritual.

P. Javier Leoz

CONTENIDOS Y ACTITUDES DEL ADVIENTO


CONTENIDOS Y ACTITUDES DEL ADVIENTO 

1.- El adviento es, en primer término, tiempo de preparación a la Navidad, donde se recuerda a los hombres la primera venida del Hijo de Dios. 

2.- Es asimismo tiempo en el que se dirigen las mentes y los corazones, mediante este recuerdo y esta espera, a la segunda venida de Cristo, que tendrá lugar al final de los tiempos. 

3.- Por ello, el adviento tiene una triple dimensión: histórica, en recuerdo, celebración y actualización del nacimiento de Jesucristo en la historia; presente, en la medida en que Jesús sigue naciendo en medio de nuestro mundo y a través de la liturgia celebramos, de nuevo, su nacimiento; y escatológica, en preparación y en espera de la segunda y definitiva venida del Señor. 

4.- El adviento es, ya en su mismo término o vocablo, y . Es tiempo, no tanto de penitencia como la cuaresma, sino de esperanza gozosa y espiritual, de gozo, de espera gozosa. Toda la liturgia de este tiempo persigue la finalidad concreta de despertar en nosotros sentimientos de esperanza, de espera gozosa y anhelante. 

5.- El adviento es un tiempo atractivo, cargado de contenido, evocador, válido... Vivir el adviento cristiano es revivir poco a poco aquella gran esperanza de los grandes pobres de Israel desde Abraham a Isabel, desde Moisés a Juan el Bautista... Vivir el adviento es ir adiestrando el corazón para las sucesivas sementeras de Dios que preparan la gran venida de la recolección... La vida es siempre adviento o hemos perdido la capacidad de que algo nos sorprenda grata y definitivamente. 

6.- Durante este tiempo del adviento se han de intensificar actitudes fundamentales de la vida cristiana como la espera atenta, la vigilancia constante, la fidelidad obsequiosa en el trabajo, la sensibilidad precisa para descubrir y discernir los signos de los tiempos, como manifestaciones del Dios Salvador, que está viniendo con gloria. 

7.- A lo largo de las cuatro semanas del adviento debemos esforzarnos por descubrir y desear eficazmente las promesas mesiánicas: la paz, la justicia, la relación fraternal, el compromiso en pro del nacimiento de un nuevo mundo desde la raíz. 

8.- El adviento nos dice que la perspectiva de la vida humana está de cara al futuro, con la esperanza puesta en la garantía del Dios de las promesas. 

9.- Adviento es el camino hacia la luz. El camino del creyente y del pueblo que caminaban entre tinieblas y encuentran la gran luz en la explosión de la luz del alumbramiento de Jesucristo, luz de los pueblos. 

10.- La esperanza es la virtud del adviento. Y la esperanza es el arte de caminar gritando nuestros deseos: ¡Ven, Señor Jesús!

ADVIENTO: TIEMPO EN EL QUE SE DESPIERTAN LOS CORAZONES ¡VELAD¡

Autor: SS Benedicto XVI | Fuente: Catholic.net
Adviento: tiempo en el que se despiertan los corazones ¡Velad!
Es una llamada a recordar que la vida no tiene sólo la dimensión terrena, sino que es proyectada hacia un "más allá"
 
Adviento: tiempo en el que se despiertan los corazones ¡Velad!
Palabras de SS Benedicto XVI durante el rezo del Ángelus en el primer domingo de Adviento, 27 noviembre 2011 


¡Queridos hermanos y hermanas!

Iniciamos en toda la Iglesia el nuevo Año litúrgico: un nuevo camino de fe, a vivir juntos en las comunidades cristianas, pero también, como siempre, a recorrer dentro de la historia del mundo, para abrirla al misterio de Dios, a la salvación que viene de su amor. El Año litúrgico empieza con el Tiempo de Adviento: tiempo estupendo en el que se despierta en los corazones la espera de la vuelta de Cristo y la memoria de su primera venida, cuando se despojó de su gloria divina para asumir nuestra carne mortal.

"¡Velad!". Este es el llamamiento de Jesús en el Evangelio. Lo dirige no sólo a sus discípulos, sino a todos: “¡Velad!” (Mt 13,37). Es una llamada saludable a recordar que la vida no tiene sólo la dimensión terrena, sino que es proyectada hacia un “más allá”, como una plantita que germina de la tierra y se abre hacia el cielo. Una plantita pensante, el hombre, dotada de libertad y responsabilidad,por lo que cada uno de nosotros será llamado a rendir cuentas de cómo ha vivido, de cómo ha usado las propias capacidades: si las ha conservado para sí o las ha hecho fructificar también para el bien de los hermanos.

También Isaías, el profeta del Adviento, nos hace reflexionar con una sentida oración, dirigida a Dios en nombre del pueblo. Reconoce las faltas de su gente, y en un cierto momento dice: "Nadie invocaba tu nombre, nadie salía del letargo para adherirse a tí; porque tu nos escondías tu rostro y nos entregabas a nuestras maldades" (Is 64,6).

¿Cómo no quedar impresionados por esta descripción? Parece reflejar ciertos panoramas del mundo postmoderno: las ciudades donde la vida se hace anónima y horizontal, donde Dios parece ausente y el hombre el único amo, como si fuera él el artífice y el director de todo: construcciones, trabajo, economía, transportes, ciencias, técnica, todo parece depender sólo del hombre. Y a veces, en este mundo que parece casi perfecto, suceden cosas chocantes, o en la naturaleza, o en la sociedad, por las que pensamos que Dios pareciera haberse retirado, que nos hubiera, por así decir, abandonado a nosotros mismos.

En realidad, el verdadero "dueño" del mundo no es el hombre, sino Dios.

El Evangelio dice: "Así que velad, porque no sabéis cuándo llegará el dueño de la casa, si al atardecer o a media noche, al canto del gallo o al amanecer. No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos" (Mc 13,35-36). El Tiempo de Adviento viene cada año a recordarnos esto para que nuestra vida reencuentre su justa orientación hacia el rostro de Dios. El rostro no de un "amo", sino de un Padre y de un Amigo.

Con la Virgen María, que nos guía en el camino del Adviento, hagamos nuestras las palabras del profeta: "Señor, tu eres nuestro padre; nosotros somos de arcilla y tu el que nos plasma, todos nosotros somos obra de tus manos" (Is 64,7). 

IMÁGENES DE ADVIENTO











IMÁGENES DE MARCOS PARA FOTOS NAVIDEÑOS














viernes, 29 de noviembre de 2013

EL CAMINO DEL ADVIENTO


CALENDARIO TRADICIONAL DE ADVIENTO



Calendario Tradicional de Adviento

En esta actividad se trata de hacer un calendario de Adviento en donde marquen los días del Adviento y escribir sus propósitos a cumplir. Pueden dibujar en la cartulina el día de Navidad con la escena del nacimiento de Jesús. Diario revisarán los propósitos para ir preparando su corazón a la Navidad. Este calendario lo podrán llevar a la Iglesia el día de Navidad si así lo desean. 

Se sugieren los siguientes propósitos:

1. Ayudaré en casa en aquello que más me cueste trabajo.
2. Rezaré en familia por la paz del mundo.
3. Ofreceré mi día por los niños que no tienen papás ni una casa donde vivir.
4. Obedeceré a mis papás y maestros con alegría.
5. Compartiré mi almuerzo con una sonrisa a quien le haga falta.
6. Hoy cumpliré con toda mi tarea sin quejarme.
7. Ayudaré a mis hermanos en algo que necesiten.
8. Ofreceré un sacrificio por los sacerdotes.
9. Rezaré por el Papa.
10. Daré gracias a Dios por todo lo que me ha dado.
11. Llevaré a cabo un sacrificio.
12. Leeré algún pasaje del Evangelio.
13. Ofreceré una comunión espiritual a Jesús por los que no lo aman.
14. Daré un juguete o una ropa a un niño que no lo tenga.
15. No comeré entre comidas.
16. En lugar de ver la televisión ayudaré a mi mamá en lo que necesite.
17. Imitaré a Jesús en su perdón cuando alguien me moleste.
18. Pediré por los que tienen hambre y no comeré dulces.
19. Rezaré un Ave María para demostrarle a la Virgen cuanto la amo.
20. Hoy no pelearé con mis hermanos.
21. Saludaré con cariño a toda persona que me encuentre.
22. Hoy pediré a la Santísima virgen por mi país.
23. Leeré el nacimiento de Jesús en el Evangelio de S. Lucas 2, 1-20.
24. Abriré mi corazón a Jesús para que nazca en él.

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