viernes, 6 de diciembre de 2013

EXTRAS PARA RESPONDER MENSAJES DE NAVIDAD DE MUÑECOS DE NIEVE









EXTRAS PARA MENSAJES NAVIDEÑOS DE NIÑA



















LA GRANDEZA DE LO PEQUEÑOS

Autor: H. Christian David Garrido F. L.C. | Fuente: Catholic.net
La grandeza de lo pequeño
Un par de peregrinos tocarán a la puerta de nuestro corazón pidiendo un lugar para que el Hijo de Dios pueda nacer.




La grandeza de lo pequeño
En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: « Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. »
Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: « ¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron.
 (Lc. 10. 21-24)

“Yo te alabo, Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos, y las revelaste a los pequeños.”Estas palabras encierran un misterio y una paradoja para la lógica humana. Los más grandes acontecimientos de su vida, Cristo no los quiso revelar a quienes, según el mundo, son “los sabios y prudentes”. Él tiene una manera diferente para calificar a los hombres.

Para Dios no existen los instruidos y los iletrados, los fuertes y los débiles, los conocedores y los ignorantes. No busca a las personas más capaces de la tierra para darse a conocer, sino a las más pequeñas, pues sólo estas poseen la única sabiduría que tiene valor: la humildad.

Las almas humildes son aquellas que saben descubrir la mano amorosa de Dios en todos los momentos de su vida, y que con amor y resignación se abandonan con todas sus fuerzas a la Providencia divina, conscientes de que son hijos amados de Dios y que jamás se verán defraudadas por Él. La humildad es la llave maestra que abre la puerta de los secretos de Dios. Es la gran ciencia que nos permite conocerle y amarle como Padre, como Hermano, como Amigo.

El adviento es tiempo de preparación, un momento fuerte de ajuste en nuestras vidas. Esforcémonos, pues, por ser almas sencillas, almas humildes que sean la alegría y la recreación de Dios. Cristo niño volverá a nacer en medio de la más profunda humildad como lo hiciera hace más de dos mil años. Un par de peregrinos tocarán a la puerta de nuestro corazón pidiendo un lugar para que el Hijo de Dios pueda nacer. ¿Cómo podremos negarle nuestro corazón a Dios, que nos pide un corazón humilde y sencillo en el cual pueda nacer?


“Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven, porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven, y no lo vieron, y oír lo que oyen, y no lo oyeron.” 




  • Preguntas o comentarios al autor
  • H. Christian David Garrido F. L.C. 

    jueves, 5 de diciembre de 2013

    GIFS ANIMALITOS EN NAVIDAD





































    GIFS DE GORROS PAPA NOEL








     
















    CARTA AL NIÑO JESÚS



    Carta al Niño Jesús


    Querido Niño Dios:

    ¿Cómo están por allá arriba en el cielo?  Por aquí, tú sabes cómo estamos.  Creo que no hace falta contarte los desastres, las injusticias, la violencia y todas las tragedias que dejan su huella en este mundo que es tu mundo.

    Además, Navidad no es ocasión de hacer lista de desgracias sino lista de ilusiones.

    Por eso te escribo esta carta.  Como las que escribía la niña y como las que escriben los niños cuando no se ha ensombrecido su mirada.

    Ya no pido juguetes.  Pero no creas que he dejado de ser pedigüeña.  Quiero pedirte muchas, muchísimas cosas.

    Quiero pedirte una tregua a la violencia que desangra a nuestra patria y al mundo: tú puedes cambiar los corazones de los violentos para que no empuñen las armas de la muerte.

    Y una tregua a la injusticia que nos está destruyendo: tú puedes cambiar los corazones de los hombres y las mujeres para que sientan como propias las necesidades de los hermanos.

    También sería buenísima una tregua a la irresponsabilidad y a la inconciencia: tú puedes cambiar los corazones de los irresponsables para que caigan en cuenta de los disparates que cometen, del daño que se hacen ellos y le hacen a otros.

    Otra cosa que quiero pedirte es una tregua a las caras largas: tú puedes cambiar los corazones de jóvenes y viejos para que puedan sonreír.

    Por favor, tráenos en esta Navidad una tregua a la agresividad que hace insoportables las calles: tú puedes cambiar los corazones de los agresivos para que se acerquen unos a otros sin miedo, para que se respeten, para que se ayuden.

    También nos está haciendo falta una tregua al silencio y las palabras duras en los hogares: tú puedes cambiar los corazones de los esposos, de los padres y de los hijos, para que descubran, los unos, lo que los otros quieren decir con su silencio, para que las palabras expresen el amor y la necesidad de amor.

    No se te olvide una tregua a la intolerancia: tú puedes cambiar los corazones de los intolerantes para que sean capaces de comprender y perdonar y olvidar.

    Y una tregua al egoísmo: tú puedes cambiar los corazones de los egoístas para que sean capaces de amar y de acercarse a la necesidad del amigo, del vecino, del familiar, del desconocido e incluso del que les cae mal.

    No sobraría una tregua a la desesperanza y al escepticismo que nos están carcomiendo: tú puedes cambiar los corazones de los aplanchados y los pesimistas para que miren la vida con optimismo.

    También te pido que pongas a los pies de las camas de los niños y en el árbol de Navidad de todos: sueños y esperanzas que podamos realizar; fe en nosotros mismos y en los que nos rodean; fe en la vida y, sobre todo, fe en ti; amor que construya la armonía en los hogares y la paz en nuestra patria; tu amor para poder amar.

    Ese es, tal vez, el verdadero regalo de Navidad, el que nos hace seguir siendo niños a pesar de todos.

    Con una caricia para tu alma.

    Autor: Graciela Baquerizo

    ADVIENTO: CAMINO Y PÓRTICO

    Autor: P. Fernando Pascual L.C. | Fuente: Catholic.net
    Adviento: camino y pórtico
    El pasar de los siglos no apagó la esperanza. El Señor cumple su promesa al mandarnos al Mesías.
     
    Adviento: camino y pórtico
    El Adviento es como un camino. Inicia en un momento del año, avanza por etapas progresivas, se dirige a una meta.

    Llega la invitación a ponernos en marcha. ¿Quién invita? ¿Desde dónde iniciamos a caminar? ¿Hacia qué meta hemos de dirigir nuestros pasos?

    La invitación llega desde muy lejos. La historia humana comenzó a partir de un acto de amor divino: “Hagamos al hombre”. El amor daba inicio a la vida.

    Ese acto magnífico se vio turbado por la respuesta del hombre, por un pecado que significó una tragedia cósmica. Dios, a pesar de todo, no interrumpió su Amor apasionado y fiel. Prometió que vendría el Mesías.

    La humanidad entera fue invitada a la espera. El Pueblo escogido, el Israel de Dios, recibió nuevos avisos, oteó que el Mesías llegaría en algún momento de la historia. El pasar de los siglos no apagó la esperanza. El Señor iba a cumplir, pronto, su promesa.

    Esa invitación llega ahora a mi vida. También yo espero salir de mi pecado. También yo necesito sentir el Amor divino que me acompaña en la hora de la prueba. También yo escucho una voz profunda que me pide dejar el egoísmo para dedicarme a servir a mis hermanos.

    ¿Desde dónde comienzo este camino? Quizá desde la tibieza de un cristianismo apagado y pobre. Quizá desde odios profundos hacia quien me hizo daño. Quizá desde pasiones innobles que me llevan a caer continuamente en el pecado. Quizá desde la tristeza por ver tan poco amor y tantas promesas fracasadas.

    La voz vuelve a llamar. En el desierto del mundo, en la soledad de la multitud urbana, en la calma de la noche invadida por los ruidos, en las risas de una fiesta sin sentido... La voz pide, suplica, espera que dé un primer paso, que abra el Evangelio, que escuche la voz de Juan el Bautista, que abandone injusticias y perezas, que mira hacia delante.

    El Salvador llega. Juan lo anuncia. La voz que suena en el desierto llega hasta nosotros: “El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en el Evangelio” (Mc 1,15-16).



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC 

    miércoles, 4 de diciembre de 2013

    COMO HACER LAZOS PARA UN ÁRBOL DE NAVIDAD




    LAZOS PARA ÁRBOL DE NAVIDAD 

    PRIMER LAZO

    Preparar con tus propias manos los adornos del árbol de Navidad es muy fácil y lo más importante es que también es económico. Puedes realizar los lazos con cualquier tipo de cinta y del tamaño que más te guste. Aunque para estas fiestas se recomienda trabajar con los tonos colorados, verdes y dorados.

    Hermosos lazos para el árbol de Navidad

    Un lindo árbol de Navidad es una tradición familiar muy importante, este año cambia la decoración por una sencilla pero sumamente elegante. Para esto crea tus propios lazos navideños, que tienen la particularidad de ser tan fácil que hasta los más pequeños de la casa pueden colaborar.


    Materiales a utilizar

    Cintas verdes, coloradas y doradas
    Alambre numero 22
    Tijera




    Procedimiento

    Elegir una de las cintas, mide unos 30 cm de largo y enrolla la cinta unas diez vueltas, colocar los extremos de la cinta en el medio dando un margen de 2 cm, realiza un corte de ángulo de 30° en cada lado.

    Agarrar la cinta por el centro del alambre y tomar una de las orejas jalando hacia arriba logrando así que cada una de las orejas del moño queden levantadas. Repetir en ambos lados y completar colocando el lazo en el árbol, un consejo práctico, con el resto de la cinta realiza largos bucles.






    SEGUNDO LAZO

    Materiales:
    Cinta de tela de colores navideños.
    objetos para decorar
    opcional: hilo y aguja/pegamento


    Paso a paso:

    Para obtener un lazo hermoso, primero decida el tamaño que quiera que sea su lazo para poder comenzar con los nudos. haga dos lazadas uno contrario al otro como muestra en las imágenes, ahora manténgalos al centro bien ajustados para seguir.

    Haga dos lazos más y luego tome un pedazo de cinta, cortar y ate muy fuertemente en el medio, siguiendo los pasos anteriores realiace otro lazo pero este sera mucho mas pequeños. Para finalizar corte un trozo de liston para unir los lazos y crear uno solo.
    Asegura la cinta por el espacio entre los cortes con 10 cm de alambre de 22, hacer presión para que quede seguro el lazo.





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